Tarjeta de presentación

Tarjeta de presentación

lunes, 7 de septiembre de 2015

Infertilidad, Ovulos, Mujer Mayor

Infertilidad, Ovulos, Mujer Mayor

Calidad de los óvulos

Las mujeres tienen menos probabilidades de quedar embarazadas y tienen más probabilidades de sufrir abortos espontáneos debido a que la calidad de los óvulos disminuye a medida que la cantidad de óvulos restantes disminuye.

Estos cambios son más notables cuando la mujer alcanza la edad de 35 a 39 años. Por lo tanto, la edad de la mujer es la prueba más precisa de la calidad del óvulo. Un cambio importante en la calidad del óvulo es la frecuencia con la que se producen las anomalías genéticas denominadas aneuploidía (demasiados o muy pocos cromosomas en el óvulo).

En la fecundación, tanto el óvulo normal como el espermatozoide que lo fecunda tienen 23 cromosomas cada uno; de este modo, el embrión resultante tendrá un total normal de 46 cromosomas. A medida que una mujer envejece, cada vez más de sus óvulos tienen mayor o menor cantidad de cromosomas.

Eso significa que, si se produce la fecundación, el embrión también tendrá una mayor o menor cantidad de cromosomas. La mayoría de las personas están familiarizadas con el síndrome de Down, un trastorno que se produce cuando el embrión tiene un cromosoma 21 de más.

La mayoría de los embriones con cromosomas de más o de menos no resultan en un embarazo o resultan en un aborto espontáneo. Esto ayuda a explicar la menor probabilidad de que se produzca un embarazo y la mayor probabilidad de sufrir un aborto espontáneo en las mujeres mayores.

Cantidad de óvulos

La cantidad cada vez menor de folículos que contienen óvulos en los ovarios se denomina “pérdida de la reserva ovárica.” Las mujeres comienzan a perder la reserva ovárica antes de volverse estériles y antes de dejar de tener períodos regulares.

Dado que las mujeres nacen con todos los folículos que tendrán en su vida, el grupo de folículos en espera se reducirá gradualmente. A medida que disminuye la reserva ovárica, los folículos se vuelven menos sensibles a la estimulación de la FSH HFE, por lo que necesitan más estimulación para que un óvulo madure y ovule.

Al principio, los períodos pueden acercarse, lo que resulta en ciclos cortos de 21 a 25 días de diferencia. Eventualmente, los folículos se vuelven incapaces de responder lo suficientemente bien como para ovular constantemente, lo que da lugar a ciclos largos e irregulares.

La reserva ovárica disminuida por lo general está relacionada con la edad y se produce debido a la pérdida natural de los óvulos y a la disminución de la calidad media de los óvulos restantes.

Sin embargo, las mujeres jóvenes pueden tener reservas ováricas reducidas debido al tabaquismo, los antecedentes familiares de menopausia prematura y las cirugías ováricas previas.

Las mujeres jóvenes pueden experimentar una disminución en la reserva ovárica, incluso si no tienen factores de riesgo conocidos. Se realizan exámenes médicos para evaluar la reserva ovárica, pero ninguno predice con fiabilidad la posibilidad de quedar embarazada.

Estos exámenes no determinan si una mujer puede o no quedar embarazada, pero pueden determinar si han comenzado a producirse los cambios relacionados con la edad en los ovarios.

Las mujeres con reserva ovárica disminuida tienen menos probabilidades de quedar embarazadas que las mujeres con reserva ovárica normal de su mismo grupo de edad. No existe ninguna prueba ni ninguna combinación de pruebas que sea 100% exacta.

Los análisis de la FSH del día 3, la hormona antimulleriana y los niveles de estrógeno implican la extracción de muestras de sangre en los días dos, o tres o cuatro del ciclo menstrual. Los altos niveles de FSH o estrógeno indican que la reserva ovárica es baja.

No obstante, muchas mujeres con reserva ovárica disminuida tienen niveles normales de FSH en el día 3, por lo que un análisis de FSH del día 3 no confirma una reserva ovárica normal. Otras pruebas de la reserva ovárica que a veces se utilizan incluyen la prueba de provocación con citrato de clomifeno (clomiphene citrate challenge test, CCCT) y la evaluación por medio de una ecografía de la cantidad de folículos, denominada recuento de folículos antrales.

Evaluación de infertilidad y edad maternal avanzada

La infertilidad generalmente se diagnostica si una mujer no ha quedado embarazada luego de mantener relaciones sexuales sin protección (es decir, sin utilizar métodos anticonceptivos) durante un año.

Sin embargo, si tiene 35 años o más, la evaluación debería comenzar luego de 6 meses de intentar concebir sin éxito. Si una pareja tiene un problema médico evidente que afecta su capacidad para concebir, como ausencia de períodos menstruales (amenorrea), disfunción sexual, antecedentes de enfermedad pélvica o cirugías previas, debe comenzar la evaluación de infertilidad inmediatamente.

Las pruebas de fertilidad pueden incluir la detección de la ovulación y la evaluación de las trompas de Falopio, el cuello uterino y el útero. A la pareja masculina se le realizará un análisis de semen.

La mayoría de las pruebas pueden estar listas dentro de los tres meses y el tratamiento apropiado se puede iniciar inmediatamente luego de que la evaluación haya concluido.

Las mujeres que tienen un trastorno médico, como presión arterial alta o diabetes, deben hablar con su proveedor de atención clínica antes de intentar quedar embarazadas. Es importante mantener los problemas de salud bajo control.

El proveedor de atención clínica puede sugerir un cambio en la medicación o en la atención médica general antes del embarazo, ya que hay un mayor riesgo para las mujeres mayores.

Ciertas afecciones, como la presión arterial alta o la diabetes, se desarrollan con mayor frecuencia en las mujeres que conciben después de los 35 años. Se puede recomendar un seguimiento y la realización de pruebas especiales durante el embarazo.

El asesoramiento previo a la concepción es a menudo beneficioso. Los niños nacidos de mujeres mayores de 35 años tienen un mayor riesgo de padecer problemas cromosómicos.

Las mujeres pueden elegir analizar estos riesgos con su proveedor de atención clínica o con un asesor genético antes de intentar quedar embarazadas. Se pueden realizar pruebas prenatales luego de la concepción para comprobar si hay ciertos defectos congénitos.


La amniocentesis y el muestreo de vellosidades coriónicas son dos métodos de pruebas prenatales. También se pueden realizar análisis de sangre y ecografías para detectar ciertos defectos congénitos. Muchos padres quieren saber todo lo posible sobre el embarazo para poder tomar decisiones informadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario