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viernes, 2 de septiembre de 2016

Hipocalcemia tratamientos




Hipocalcemia
Tras una intervención quirúrgica de tiroides algunos pacientes, muy pocos en realidad, sufren lo que se denomina HIPOPARATIROIDISMO POSQUIRÚRGICO,  lo que conlleva una HIPOCALCEMIA.
Las glándulas paratiroides son unas glándulas, habitualmente en número de 4, situadas en la parte anterior del cuello y por detrás de la glándula tiroides. En ocasiones, alguna de las 4 glándulas pueden estar situadas algo alejadas del cuello. Y no siempre son 4 glándulas; pueden ser entre 2 y 6 glándulas.
Estas glándulas producen la PTH, que es la hormona reguladora del nivel de calcio en el organismo y que aumenta el calcio en la sangre. Cuando el nivel de calcio en sangre disminuye (por ejemplo, en dietas con poco o nada de calcio), las células de estas glándulas fabrican y liberan PTH a sangre.
 La PTH se une a las células del riñón y del hueso para producir el aumento del calcio en sangre: el riñón no elimina tanto calcio hacia la orina y el hueso libera calcio de su estructura. Además, la PTH estimula la síntesis de vitamina D por el riñón; esta vitamina aumenta la absorción de calcio en el intestino, lo que ayuda a aumentar su nivel en la sangre. A su vez, la secreción de PTH hace perder fósforo por el riñón, produciendo el descenso del nivel de fósforo en sangre. Cuando se normaliza el nivel de calcio en sangre, las glándulas paratiroides dejan de fabricar PTH.
El hipoparatiroidismo ocurre cuando las glándulas producen muy poca PTH entonces los niveles de calcio en la sangre bajan y los niveles de fósforo se elevan. Esto puede deberse a la manipulación que hace el cirujano en la intervención o a su extirpación (parcial o total).
Se considera hipocalcemia cuando el nivel sérico de calcio total es menor de 8.5 mg/100 ml y presenta efectos fisiopatológicos: como la hiperexcitabilidad neuromuscular, que es la causa de la mayoría de los síntomas de la hipocalcemia, y se manifiesta por parestesias (hormigueo y adormecimiento de los dedos y de la región peri oral), reflejos hiperactivos, espasmo carpo pedal, irritabilidad, signo de Chvostek (espasmo facial, especialmente de la comisura labial al percutir el nervio facial por delante de la oreja) y signo de Trousseau (espasmo muy doloroso del carpo al aumentar la presión del manguito de tensión arterial por encima de las cifras sistólicas durante 3 minutos).
 En los casos graves se observan contracciones dolorosas de los músculos de las extremidades (tetania) opistótonos, cuando son en los músculos de la nuca o el dorso, y convulsiones generales o focales. Además de trastornos mentales como irritabilidad, confusión, depresión o episodios de angustia.

Para diagnosticar una hipocalcemia se deben realizar análisis de sangre, electrocardiograma y análisis de orina.  Los síntomas aparecen relativamente pronto,  tras la intervención,  un simple análisis de sangre orienta a los médicos, para poner tratamiento.
El objetivo del tratamiento es restaurar el equilibrio del calcio y minerales en el organismo.
El tratamiento consiste en suplementos de carbonato de calcio y vitamina D, que se tomará hasta restablecer la función de las paratiroides, si solo han sufrido una pequeña lesión por manipulación, o de por vida si el daño es irreversible. Se miden regularmente los niveles en la sangre para constatar que la dosis sea correcta, tras el alta hospitalaria, es normal hacer ese control cada 15 días, para luego ir espaciándolo en el tiempo.
Además se recomienda una dieta alta en calcio y baja en fósforo. Los alimentos que más aporte de calcio dan son el sésamo, moluscos, lácteos y derivados. Además de realizar ejercicio moderado contra la gravedad, esto es andar, correr, bailar… etc. A los pacientes que tienen ataques de bajos niveles de calcio potencialmente mortales (tras la cirugía) o contracciones musculares prolongadas, se les suministra calcio por vía intravenosa (bomba de calcio) y permanecen hospitalizados hasta el control de los niveles.
Se toman precauciones para prevenir convulsiones o espasmos de la laringe y se vigila el corazón para detectar ritmos anormales hasta que la persona se estabiliza. Una vez controlado el episodio potencialmente mortal, el tratamiento continúa con medicamentos orales, como se haría con un paciente con hipoparatiroidismo transitorio.

Otro problema asociado a la pérdida de la glándula tiroides cuando es necesario mantener un tratamiento crónico de sustitución de hormonas tiroideas, es la aparición temprana, en algunos casos específicos, de descalcificación ósea, en primer lugar como una osteopenia, que puede derivar en osteoporosis.
Para evitarlo debes ir regularmente al endocrino para vigilar la dosis de hormona (ver terapia hormonal sustitutiva) ya que el mantener largo tiempo el estado hipertiroideo, podría afectar a la descalcificación de los huesos, sobre todo en la zona lumbar y caderas. En el control endocrino, y si se te considera en riesgo, te pueden realizar una densitometría periódicamente, para valorar el estado óseo, y además  monitorizar correctamente los niveles de TSH para limitar la supresión de TSH sólo a aquellos casos en que sea imprescindible.

Consejo práctico
 Ante el menor síntoma de una bajada de calcio hay que avisar al médico o enfermera (si se esta hospitalizado), y comentarle lo que sientes, usualmente son hormigueos en manos, pies, o la región cercana a la boca. La sensación es de adormecimiento de la zona, pero con sensibilidad. En este caso, se suministra calcio y vitamina D por vía oral, y se miden los niveles en sangre.
Si los síntomas aparecen al alta, acudir al servicio de urgencias, y comentar la situación. Llevar los informes de cirugía y alta.
Una vez diagnosticado, y con tratamiento oral, tomar cada dosis a la hora pautada, llevar una dieta rica en calcio (aumentar el consumo de moluscos, pipas de sésamo y lácteos), y baja en fosforo y realizar ejercicio moderado de impacto (andar, correr, bailar…), ya que facilita que el calcio se fije. Y tomar el sol (con protección) ayuda a la formación de vitamina D, que por su parte ayuda a ese calcio a llegar a los huesos.
Y por supuesto, realizarse el control analítico de sangre y orina. Es importante que ese análisis de orina sea de 24 horas, para ver la cantidad total de calcio.

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