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lunes, 7 de septiembre de 2015

Infertilidad y Edad

Edad y fertilidad

La fertilidad cambia con la edad.

Los hombres y las mujeres se vuelven fértiles en la adolescencia, después de la pubertad. Para las niñas, el inicio de su vida reproductiva está marcado por el inicio de la ovulación y la menstruación. Normalmente se entiende que después de la menopausia, las mujeres ya no pueden quedar embarazadas.

En general, el potencial de reproducción disminuye a medida que las mujeres envejecen y normalmente la fertilidad finaliza entre cinco y diez años antes de la menopausia. En la sociedad actual, la infertilidad relacionada con la edad es cada vez más común ya que, por diversas razones, muchas mujeres esperan hasta los 30 años para formar sus familias.

A pesar de que las mujeres de hoy son más saludables y cuidan de sí mismas mejor que nunca, una mejor salud en la edad adulta no llega a contrarrestar la declinación natural de la fertilidad relativa a la edad.

Es importante entender que la fertilidad disminuye con la edad de las mujeres debido a la disminución normal relacionada con la edad en la cantidad de óvulos que quedan en los ovarios. Esta disminución puede ocurrir mucho antes de lo que la mayoría de las mujeres esperan.

La ovulación y el ciclo menstrual

Durante los años reproductivos, las mujeres tienen menstruaciones períodos menstruales regulares mensuales porque ovulan regularmente cada mes. Los óvulos maduran dentro de esferas llenas de líquido denominadas “folículos.” Al comienzo de cada ciclo menstrual, cuando una mujer tiene su período, una hormona producida en la glándula pituitaria, que se encuentra en el cerebro, estimula un grupo de folículos a crecer más rápidamente en ambos ovarios.

La hormona pituitaria que estimula los ovarios recibe el nombre de hormona foliculoestimulante (HFE). Normalmente, solo uno de esos folículos alcanza la madurez y libera un óvulo (ovula); poco a poco, el resto dejará de crecer y se degenerará.

Se produce un embarazo si el óvulo se fecunda y se implanta en el revestimiento del útero (endometrio). Si no se produce un embarazo, el endometrio se desprende como flujo menstrual y el ciclo comienza de nuevo.

Durante los primeros años de la adolescencia, las niñas suelen tener una ovulación irregular, la cual produce ciclos menstruales irregulares, pero a los 16 años deberían haber establecido una ovulación regular, la cual da como resultado períodos regulares.

Los ciclos de una mujer seguirán siendo regulares, de 26 a 35 días, hasta principios de sus treinta o fines de sus cuarenta, cuando podrá notar que sus ciclos se acortan. A medida que pasa el tiempo, comenzará a perder ovulaciones, lo cual dará como resultado la pérdida de períodos.

Finalmente, los períodos serán cada vez más infrecuentes hasta que desaparezcan por completo. Si una mujer no tiene un período menstrual en un año completo, se dice que está en la menopausia. A medida que las mujeres envejecen, la fertilidad disminuye debido a cambios normales y relacionados con la edad que se producen en los ovarios.
A diferencia de los hombres, que continúan produciendo espermatozoides a largo de su vida, la mujer nace con todos los folículos que contienen óvulos en sus ovarios y no produce folículos nuevos durante su vida.

Al nacer, una mujer tiene aproximadamente un millón de folículos. En la pubertad, esa cifra habrá disminuido a aproximadamente 300,000. De los folículos que quedan en la pubertad, solamente 300 serán ovulados durante los años reproductivos.

La mayoría de los folículos no se consumen en la ovulación sino a través de un proceso gradual de pérdida denominado atresia.

La atresia es un proceso degenerativo que se produce independientemente de que la mujer esté embarazada, tenga ciclos menstruales normales, utilice métodos anticonceptivos o reciba tratamiento de la infertilidad.

Las mujeres fumadoras parecen experimentar la menopausia alrededor de un año antes que las no fumadoras.

La fertilidad de la mujer al envejecer

La mejor edad reproductiva de una mujer es cerca de los 20 años. La fertilidad disminuye gradualmente a partir de los 30 años, sobre todo después de los 35 años. Cada mes que lo intente, una mujer sana y fértil de 30 años de edad tiene una probabilidad del 20% de quedar embarazada.

Eso significa que por cada 100 mujeres fértiles de 30 años de edad que intentan quedar embarazadas en un ciclo, 20 tendrán éxito y las 80 restantes tendrán que intentarlo de nuevo. A la edad de 40 años, la probabilidad de una mujer es inferior al 5% por ciclo; por lo tanto, se espera que menos de 5 de cada 100 mujeres tengan éxito cada mes.

Las mujeres no son fértiles hasta la menopausia. La edad promedio de la menopausia es a los 51 años, pero la mayoría de las mujeres se vuelven incapaces de lograr un embarazo con éxito alrededor de los 45 años.

Estos porcentajes son válidos tanto para la concepción natural como para la concepción por medio de un tratamiento de fertilidad, incluida la fertilización in vitro (FIV).

A pesar de que las historias que se ven en los medios de comunicación pueden llevar a las mujeres y sus parejas a creer que serán capaces de utilizar tratamientos de fertilidad, como la FIV, para quedar embarazadas, la edad de la mujer afecta las tasas de éxito de los tratamientos de la infertilidad.

La pérdida de la fertilidad femenina relacionada con la edad se debe a que tanto la calidad como la cantidad de óvulos disminuyen gradualmente.

La fertilidad del hombre al envejecer

A diferencia del descenso temprano de la fertilidad femenina, la disminución de las características de los espermatozoides del hombre se produce mucho más tarde.

En cierto modo, la calidad de los espermatozoides se deteriora a medida que el hombre envejece, pero, por lo general, no se convierte en un problema sino hasta después de que un hombre tenga aproximadamente 60 años.

Aunque no son tan bruscos ni evidentes como los cambios en las mujeres, los cambios en la fertilidad y la función sexual también se producen en los hombres a medida que envejecen.

A pesar de estos cambios, no hay una edad máxima a la que un hombre no pueda engendrar un hijo, tal como ha quedado demostrado por los hombres de entre 60 y 70 años que conciben con parejas más jóvenes.

A medida que los hombres envejecen, sus testículos tienden a ser más pequeños y más blandos, y la morfología (forma) y motilidad (movimiento) de los espermatozoides tienden a disminuir.

Además, existe un riesgo ligeramente mayor de presentar defectos genéticos en los espermatozoides. Los hombres de edad avanzada pueden desarrollar enfermedades médicas que afectan negativamente su función sexual y reproductiva.

No todos los hombres experimentan cambios significativos en el funcionamiento reproductivo o sexual a medida que envejecen, especialmente aquellos que se mantienen saludables a través de los años.

Si un hombre tiene problemas relacionados con la libido o las erecciones, debe buscar tratamiento a través de su proveedor de atención primaria o urólogo. La disminución de la libido puede estar relacionada con bajos niveles de testosterona.

La fertilidad disminuye naturalmente a medida que las mujeres envejecen. Sin embargo, el momento en que comienza dicha disminución y la velocidad con la que avanza varían ampliamente en las mujeres, pero siempre comienzan mucho antes de la menopausia.

En general, la fertilidad comienza a disminuir entre los 26 a 34 años y cae más rápidamente después de los 35 años. Las mujeres que deciden postergar el embarazo hasta después de los 35 años de edad deben obtener información sobre las pruebas y los tratamientos o adecuados y deben ser realistas en cuanto a las posibilidades de éxito con la terapia de la infertilidad.


Al aprender acerca de todas las opciones y al ser conscientes de sus propias necesidades y objetivos, una mujer y su pareja estarán preparados para tomar las mejores decisiones.

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