¿Qué es el fallo ovárico prematuro?
El
fallo ovárico prematuro o FOP, a veces llamado insuficiencia ovárica prematura,
ocurre cuando los ovarios (los dos órganos femeninos que producen y sueltan el
óvulo durante el ciclo menstrual) dejan de funcionar antes de que la mujer
llegue a los 40 años.
Cuando esto
ocurre, la mujer deja de ovular o de producir cantidades normales de la hormona
estrógeno, lo cual la pone a riesgo de condiciones serias, tales como la
osteoporosis y enfermedades cardiacas, y también infertilidad.
En los
Estados Unidos, el fallo ovárico prematuro afecta a 1 de cada 100 mujeres. Las
señas más comunes del FOP son menstruaciones irregulares o suspendidas—especialmente
si están acompañadas de sofocos menopáusicos.
La
menstruación puede ocurrir en forma intermitente o puede volver a comenzar muchos
años después de haberse diagnosticado el fallo ovárico.
Otros síntomas pueden incluir:
• Sudores nocturnos
• Resecamiento vaginal
• Irritabilidad
• Dificultad para concentrarse
¿Qué causa el fallo ovárico prematuro?
En la
mayoría de los casos se desconoce la causa del fallo ovárico prematuro.
Algunos
desórdenes genéticos (tales como el síndrome de Turner y el síndrome del
cromosoma X Frágil) están asociados al fallo ovárico. Además, la exposición a
toxinas (por ejemplo, por quimioterapia y radiación) puede afectar la materia
genética en las células y producir un fallo ovárico prematuro.
El
riesgo de desarrollar FOP aumenta si la mujer tiene antecedentes de familia con
esta condición.
¿Cuáles son los riesgos
asociados con el fallo ovárico prematuro?
Dado que las mujeres con fallo ovárico tienen niveles bajos de estrógeno,
hay varias condiciones que son más comunes en éstas que en las mujeres que no
tienen esta condición.
• Infertilidad. La
mayoría de mujeres con fallo ovárico no pueden quedar embarazadas, aunque hay
un pequeño porcentaje (un 10%) que puede concebir. No existe un tratamiento de
fertilidad que restablezca la función ovárica normal.
• Osteoporosis. Los
niveles bajos de estrógeno aumentan el riesgo de fragilidad de los huesos
debido a la pérdida ósea, lo cual presenta un mayor riesgo de sufrir fracturas.
• Enfermedad cardiaca. Los
niveles bajos de estrógeno a una edad joven pueden aumentar el riesgo de un ataque
al corazón.
• Depresión. La
mayoría de mujeres que desarrollan FOP sienten una tristeza persistente sobre
la pérdida inesperada de la función ovárica.
A estas
mujeres puede convenirles que conversen con un terapeuta psicológico, o pueden
beneficiarse de un medicamento para la depresión si los síntomas son severos.
Si
usted sufre de un fallo ovárico prematuro, también puede estar a mayor riesgo
de un fallo autoinmune de otras glándulas endocrinas. Las mujeres con FOP deben
mandarse a examinar periódicamente para ver si tienen insuficiencia de la
tiroides, glándula suprarrenal y otras funciones glandulares.
¿Cómo se diagnostica el fallo ovárico
prematuro?
Si
usted tiene menos de 40 años y se le ha retirado la menstruación o la tiene irregular,
hable con su médico para averiguar la causa del problema. Su médico primero le
preguntará acerca de su historia menstrual y todo síntoma menopáusico que pueda
estar sintiendo.
Se le
harán exámenes de sangre para determinar si los ovarios están funcionando
correctamente. También se deben hacer otras pruebas para investigar los
factores genéticos o autoinmunológicos que pueden estar relacionados al fallo
ovárico.
Un
endocrinólogo, que es un especialista en el diagnóstico y tratamiento de
condiciones relacionadas a las hormonas, puede ayudarle a diagnosticar y tratar
el fallo ovárico prematuro.
¿Cómo se trata el fallo ovárico
prematuro?
El
tratamiento depende de la presencia de síntomas y de si la mujer con fallo
ovárico tiene riesgos significativos a la salud que exijan tratamiento.
La terapia
hormonal (TH) es el tratamiento más común. La terapia alivia los síntomas menopáusicos
y también ayuda a prevenir la osteoporosis. La TH puede tomarse en píldoras o
aplicarse a la piel en una jalea o en un parche. En mujeres de mayor edad o
mujeres posmenopáusicas, esta terapia puede aumentar el riesgo de sufrir
enfermedades cardiacas o un derrame cerebral. Generalmente, la TH puede
suspenderse sin peligro cuando la mujer con FOP llega a la edad de la menopausia
natural.
Las
mujeres que no pueden o no deseen emplear la terapia hormonal pueden
beneficiarse de tratamientos no hormonales. Además del tratamiento médico, las
mujeres con fallo ovárico deben llevar una dieta saludable y hacer ejercicio en
base regular para disminuir el riesgo de osteoporosis y enfermedades cardiacas.
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